Google enfrenta acusaciones que alegan que la compañía ha suprimido de manera ilegal a sus competidores.
Google, junto con un grupo de fiscales generales estatales, se enfrenta a un juicio antimonopolio crucial que comienza este martes.
Este proceso marca un hito histórico, ya que es la primera vez en más de 20 años que el Gobierno emprende una acción por monopolio contra una destacada empresa tecnológica.
El gigante de las búsquedas enfrenta acusaciones de utilizar tácticas desleales para mantener su dominio en el mercado.
Acusaciones en contra de Google.
Se sostiene que Google, en conjunto con el Departamento de Justicia y sus aliados, ha empleado contratos exclusivos con otros socios comerciales para suprimir ilegalmente a su competencia.
Entre estos contratos, se señala el pago de una considerable suma a Apple con el fin de asegurar que su motor de búsqueda se mantuviera como la opción predeterminada en los iPhones.
En la denuncia del Departamento de Justicia, se alega que Google desembolsa anualmente miles de millones de dólares a diversos distribuidores, entre ellos fabricantes de dispositivos populares como Apple, LG, Motorola y Samsung, con el propósito de asegurar que su motor de búsqueda sea la opción predeterminada.
Esta acción se percibe como una forma de incentivo financiero, según argumenta la denuncia.
El juicio, programado para durar aproximadamente 10 semanas, prevé la comparecencia de altos ejecutivos de la empresa de Mountain View y de su empresa matriz, Alphabet.
Entre los testigos más destacados en el juicio antimonopolio se encuentra el director ejecutivo de Alphabet, Sundar Pichai, quien asumió el cargo en 2019 tras la renuncia del cofundador de Google, Larry Page. También podría prestar testimonio uno de los líderes más prominentes de Apple, Eddy Cue.
Google se defiende argumentando que sus acuerdos con los socios no han obstaculizado la capacidad de la competencia para desarrollar sus propios motores de búsqueda.
La empresa también sostiene que estos acuerdos no han restringido a Apple ni a otros para promocionar alternativas, según lo indicado en un documento presentado ante los tribunales en enero pasado.
Google afirma que su enfoque es una «competencia legítima» y no constituye una «exclusión ilícita».