
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, adoptó un tono desafiante en su discurso ante el Congreso de Estados Unidos, rechazando las acusaciones de genocidio en Gaza y criticando a sus detractores.
Netanyahu comparó el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel con “veinte 11 de septiembre en un día” y describió actos de extrema violencia cometidos por los atacantes.
Afirmó que Israel seguirá la guerra en Gaza “hasta que destruyamos las capacidades militares de Hamas y su gobierno y traigamos a todos nuestros rehenes a casa”.
No mencionó las negociaciones de cese del fuego pese a la presión internacional.
Calificó las acusaciones de genocidio como “calumnias escandalosas” destinadas a deslegitimar a Israel, comparándolas con mentiras antisemitas que llevaron al Holocausto.
Netanyahu también rechazó las afirmaciones de la Corte Penal Internacional de que Israel está matando de hambre a los palestinos en Gaza, llamándolas “absurdas” y “una completa invención”.
Según la ONU, el 96% de Gaza enfrenta inseguridad alimentaria.

Netanyahu afirmó que Israel ha permitido que más de 40,000 camiones de ayuda entren a Gaza, cifra cuestionada por la ONU.
Acusó a Hamas de robar la comida en lugar de que Israel impidiera su entrada, aunque hay pocos casos públicos de desvío masivo de ayuda por parte del grupo.
Criticó a los manifestantes pacifistas y propalestinos, calificándolos de “antiisraelíes” y diciendo que “deberían avergonzarse de sí mismos”.
Los acusó de apoyar a Hamas y no distinguir entre atacar a terroristas y atacar a civiles. Netanyahu también sugirió que Irán podría estar financiando las protestas antiisraelíes.
En su discurso, Netanyahu agradeció a Joe Biden por su apoyo a Israel y a Donald Trump por sus acciones en favor de Israel, incluyendo reconocer la soberanía sobre los Altos del Golán y trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén
