Habitantes de Santos Reyes Yucuná, Oaxaca, beben agua de lluvia y refrescos ante la falta de agua potable, detalles en PueblaNews.
En Santos Reyes Yucuná, una pequeña comunidad enclavada en la Mixteca oaxaqueña, la escasez de agua potable ha llevado a sus cerca de mil 500 habitantes a una situación crítica: consumen agua de lluvia o refrescos para sobrevivir, mientras el Gobierno Federal planea un incremento al impuesto IEPS en bebidas azucaradas, productos que muchas familias consumen por necesidad y no por elección.
En este municipio, considerado uno de los más pobres de México, el acceso al agua es casi nulo. Las familias recolectan agua de lluvia en cubetas o tinacos improvisados para cubrir sus necesidades básicas, aunque saben que no siempre es segura para el consumo humano.
“No tenemos mucha agua, la colectamos cuando llueve y tratamos de ahorrarla”, relata Yessenia Martínez, abarretera local. Otro habitante menciona que el agua se debe clorar o hervir antes de beberla, pero muchas veces no hay recursos suficientes ni para eso.
Ante la falta de agua potable, los refrescos se han convertido en una alternativa, aunque poco saludable. Según datos del Coneval, solo el 27.4% de los habitantes de la zona tiene acceso a una alimentación nutritiva y de calidad, mientras que el 97.8% vive en pobreza.
“Si no hay agua, tomamos refresco, no hay de otra”, confiesa Catalina Cándida, vecina del municipio.
El presidente municipal, Rafael Urbano, ha solicitado al gobierno federal la construcción de represas e infraestructura hidráulica, sin recibir respuesta. “Solo con represas podríamos tener agua potable para todos, pero no hemos tenido visita del gobierno federal”, denunció.
Aun con esta realidad, el gobierno mantiene su propuesta de aumentar el impuesto a bebidas azucaradas, una medida que muchos califican de contradictoria. “El gobierno no suministra agua, pero sí incrementa impuestos a los refrescos; es una contradicción, señaló Gerardo Cleto, representante de comercio pequeño.
La situación en Santos Reyes Yucuná refleja una dura paradoja nacional: la sed no solo de agua, sino de justicia social y de infraestructura básica.
Habitantes de Santos Reyes Yucuná, Oaxaca, beben agua de lluvia y refrescos ante la falta de agua potable.
